¿Experimentas deseo y excitación, pero no tienes orgasmos? ¿Te preguntas si has tenido un orgasmo o si la excitación se interrumpe justo cuando sientes que estás a punto de llegar al clímax?
Experimentar el deseo sin lograr la culminación puede generar frustración en los encuentros sexuales. Aunque tener orgasmos se considera importante, reconocemos que disfrutar del proceso es fundamental. Sin embargo, si al final no alcanzas el orgasmo, es posible que te quedes con una sensación agridulce, pensando que el sexo debería ofrecerte más de lo que estás experimentando.
Es comprensible que tener dificultades para llegar al clímax pueda generar vergüenza, llevando a la persona a evitar hablar del tema y buscar ayuda. Este silencio inadvertido puede pesar mucho y contribuir a que el problema se vuelva crónico sin querer.
Anorgasmia
La anorgasmia se refiere a la dificultad o ausencia de experimentar orgasmos, incluso después de excitación y estimulación sexual adecuadas. Esto puede manifestarse con orgasmos poco frecuentes, menos intensos o con retraso. Para algunas mujeres, este desafío puede ser motivo de preocupación y angustia.
Es esencial entender que la frecuencia e intensidad de los orgasmos varían entre las mujeres y pueden cambiar de una ocasión a otra. No hay una fórmula única para alcanzar el clímax, ya que las preferencias y necesidades pueden ser distintas para cada persona. Algunas mujeres pueden necesitar diferentes tipos o cantidades de estimulación en distintas situaciones.
Por lo tanto, hablamos de anorgasmia cuando existe alguna de estas características:
- Retraso del orgasmo
- Ausencia de orgasmo
- Menos orgasmos
- Orgasmos menos intensos
Tipos de anorgasmia
Podemos clasificar la anorgasmia en base a:
- Duración:
- De por vida. Esta dificultad ha existido siempre.
- Adquirida. Durante un tiempo se ha podido llegar al orgasmo, pero desde hace algún tiempo existen dificultades.
- Contexto:
- Situacional. Ocurre ante determinados tipos de estimulación, situaciones o parejas.
- Generalizada. No se limita ante determinados tipos de estimulación, situacional o parejas
Consecuencias
La dificultad para experimentar orgasmos en la mujer puede conllevar:
- Insatisfacción en las relaciones sexuales.
- Irritabilidad
- Ansiedad relacionada con el desempeño sexual.
- Baja autoestima, afectando la confianza y la percepción personal.
- Inseguridad, llevando a la duda sobre el propio atractivo y habilidades sexuales.
- Rabia, la frustración acumulada puede afectar a la salud emocional y a la dinámica de la relación.
- Insatisfacción hacia la propia imagen corporal, generando completos y afectando a la autoaceptación.
- Bajo estado de ánimo, tristeza.
- Tensión en la relación de pareja, ya que la pareja puede percibirse responsable o sentirse frustrada por la falta de satisfacción sexual.
Por qué no tienes orgasmos
Existen tanto factores físicos como psicológicos que pueden contribuir a provocar y mantener la anorgasmia.
Factores físicos:
- Enfermedades. Lesiones nerviosas y condiciones médicas como la esclerosis múltiple o el Parkinson pueden influir en la capacidad de experimentar orgasmos.
- Problemas ginecológicos. Intervenciones quirúrgicas relacionadas con problemas ginecológicos no solo pueden afectar el orgasmo, sino también generar molestias o dolor durante las relaciones sexuales.
- Medicamentos. Algunos medicamentos, como aquellos recetados para la presión arterial, antipsicóticos, antihistamínicos y ciertos antidepresivos, pueden tener efectos secundarios que afectan la respuesta sexual y la capacidad de alcanzar el orgasmo.
Factores psicológicos:
- Experiencias negativas del pasado
Cuando se ha estado expuesta a vivencias traumáticas estas pueden actuar como bloqueadores significativos en las relaciones sexuales. Abordar estos temas requiere un enfoque delicado y un trabajo individual profundo.
En este contexto, es crucial reconocer que las situaciones traumáticas pueden generar sentimientos intensos de vergüenza y miedo. La complejidad emocional asociada con estos traumas puede llevar a una inhibición completa del deseo sexual. Algunas mujeres, como mecanismo de defensa, pueden evitar la masturbación y desconectar completamente de su propia sexualidad como resultado del impacto emocional experimentado.
- Estrés y distracciones
El ritmo de vida acelerado que caracteriza a muchas personas, con trabajos exigentes, horarios apretados, jornadas laborales lejos de casa y, en algunos casos, responsabilidades parentales, contribuye a la creación de un ambiente cargado de estrés. Este estrés constante impacta negativamente en la capacidad del cuerpo para relajarse plenamente durante el acto sexual, afectando así la posibilidad de experimentar orgasmos.
Según expertos, para que el organismo alcance el orgasmo de manera efectiva, se requiere un nivel significativo de relajación. Aunque el deseo y la excitación, las fases previas al orgasmo, pueden surgir incluso en situaciones de estrés y cansancio moderado, la fase final del orgasmo demanda un estado de relajación más pronunciado.
- Falta de comunicación
La anorgasmia también puede estar vinculada a dificultades en la comunicación durante las relaciones sexuales. Muchas personas encuentran barreras al dirigir a sus parejas, expresar necesidades específicas o solicitar ajustes durante la práctica sexual.
Según mi experiencia clínica, muchas mujeres enfrentan grandes dificultades para comunicar sus preferencias, incluso cuando están a punto de experimentar el orgasmo. Pueden encontrarse con cambios inesperados en el ritmo o retiradas de la penetración por parte de la pareja, sin haber expresado previamente sus deseos o necesidades.
- Bajo deseo sexual
La anorgasmia puede estar relacionada con diversas etapas de la vida de una mujer, como el embarazo, el período posterior al parto, situaciones de estrés y la menopausia. Durante estos momentos, factores como la depresión, traumas psicológicos, el uso de ciertos medicamentos y desórdenes hormonales pueden impactar la capacidad de tener una relación sexual satisfactoria y, por ende, experimentar un orgasmo.
- Autoexigencia
Un aspecto significativo destacado por los expertos es el perfil autoexigente de algunas pacientes. Cuando una persona, que normalmente experimentaba orgasmos, enfrenta una situación en la que no logra alcanzarlo, especialmente si tiene rasgos de personalidad autoexigentes, puede desencadenar una serie de tensiones emocionales. Este evento puntual puede llevar a una autoevaluación intensa y a una preocupación constante por lograr el orgasmo en futuras relaciones sexuales.
- Experimentar dolor
Asociar el sexo con el dolor puede tener consecuencias significativas en la capacidad de experimentar orgasmos. La presencia constante de molestias físicas puede generar un estado de ansiedad anticipatoria, donde la preocupación por el dolor eclipsa la posibilidad de disfrutar plenamente del acto sexual.
Además, el dolor puede desencadenar respuestas involuntarias de tensión en los músculos pélvicos, lo que podría afectar negativamente a la respuesta sexual y la capacidad de llegar al orgasmo. La mente y el cuerpo están interconectados en la experiencia sexual, y cualquier asociación negativa, como el dolor, puede tener repercusiones en la satisfacción sexual.Por
¿Se lo cuento a mi pareja?
Comunicar la anorgasmia a la pareja es una decisión crucial que muchas personas dudan en tomar, temiendo posibles repercusiones en la relación. Sin embargo, ocultar este problema solo agrava la situación. La recomendación es abordar el tema sin temores y lo más pronto posible.
Es importante tener en cuenta que existen distintos tipos de anorgasmias, entre ellas las generalizadas y las situacionales. En el caso de estas últimas, donde el problema puede estar vinculado a la pareja, la implicación de la pareja en la terapia es fundamental. Al hablar abiertamente sobre los miedos, frustraciones y deseos, así como aprender la mejor manera de estimularse mutuamente, las parejas pueden encontrar soluciones significativas.
¿Cuándo buscar la ayuda?
Experimentar días en los que disfrutas del placer con facilidad y otros en los que parece imposible debido a factores como la presión o el estrés es algo común.
No tener orgasmos de manera constante o no alcanzarlos durante la penetración, especialmente considerando la necesidad de estimulación del clítoris en las mujeres, no necesariamente indica un problema.
Sin embargo, se recomienda consultar a un experto cuando la anorgasmia se convierte en un tema recurrente y genera malestar significativo.
Tratamiento
- Educación sexual. A menudo, la falta de conocimiento sobre el propio cuerpo y la respuesta sexual puede contribuir a la anorgasmia. La educación sexual es fundamental para conocer la anatomía y las necesidades
- Ejercicios de presencia. Por medio de ejercicios de focalización sensorial trabajamos en centrarnos en las sensaciones placenteras que estamos experimentando en lugar de preocuparnos por el rendimiento sexual o los objetivos del orgasmo.
- Relajación muscular. La tensión muscular puede ser un obstáculo para el placer sexual. La relajación muscular, a través de técnicas como la respiración muscular y el estiramiento, ayuda a liberar la tensión física, creando un ambiente propicio para la intimidad y el placer.
- Gestión del estrés. El estrés cotidiano puede tener un impacto significativo en la respuesta sexual. La gestión efectiva del estrés, mediante prácticas como la meditación, el ejercicio o técnicas de resolución de conflictos, contribuye a un estado emocional más equilibrado y centrado en el ahora, permitiendo que la sexualidad se desarrolle de manera más fluida y placentera.
- Asertividad sexual. La asertividad sexual se refiere a la capacidad de comunicar de manera efectiva los deseos, límites y necesidades sexuales de una manera honesta, directa y respetuosa. Significa ser capaz de expresar lo que gusta, lo que no gusta y lo que se está dispuesto a hacer en el ámbito sexual.
- Mejorar la relación con una misma. Trabajar en aceptarse y apreciarse a uno mismo es esencial. Fomentar una actitud positiva hacia el cuerpo y reconocer la belleza única de cada persona mejora la confianza en el plano sexual, facilitando la expresión libre y sin inhibiciones.
- Autoconocimiento. Resulta esencial conocer el propio cuerpo. Si no sabemos cómo funciona, cómo siente y cómo reacciona nuestro cuerpo, no podremos darle placer.
- Terapia de pareja. Si la anorgasmia femenina está relacionada con problemas en la relación, la terapia de pareja puede ayudar a abordar estos problemas y mejorar la intimidad y la comunicación.
Si este tema te resulta familiar y quieres comenzar a disfrutar de tu sexualidad, ponte en contacto conmigo a través del correo electrónico info@psicologiacarmengomez, llamándome al número 623986449 o enviándome un mensaje de WhatsApp. Si no te lo cojo, es que estoy en terapia. Te devolveré la llamada en cuanto tenga un hueco. Estaré encantada de ayudarte en este proceso.
