Cada año, cuando septiembre hace su entrada y las vacaciones llegan a su fin, es común sentir un cambio en nuestro estado emocional. Pasar de días relajantes y gratificantes a la rutina laboral y escolar puede desencadenar una serie de sentimientos negativos, dando origen a lo que llamamos el síndrome de la depresión posvacacional.
¿Qué es el síndrome posvacacional?
En esta línea, el síndrome posvacacional se manifiesta como un conjunto de síntomas tanto físicos como de carácter emocional que experimentamos al reintegrarnos a la rutina después de un tiempo de descanso. Este choque entre la flexibilidad y la tranquilidad de las vacaciones y la estructura de la vida diaria puede tener un impacto tanto en nuestra salud física como mental.
Los síntomas suelen hacerse presentes al regreso de las vacaciones, especialmente cuando el cambio es considerable. Imagina que tu mente estaba en modo relax y de repente tienes que activar el modo trabajo de nuevo. Esta transición puede generar un malestar que puede durar unas dos semanas.
Sin embargo, no es todo oscuro, ¡no te preocupes! Con el tiempo esa sensación empieza a atenuarse. A medida que te readaptas y retomas tu ritmo, esa montaña rusa emocional empieza a estabilizarse. Así que, si te sientes un poco fuera de lugar tras las vacaciones, es completamente normal. ¡Recuerda que pasará!
¿Enfermedad, trastorno, síndrome?
Dentro de la discusión entorno al síndrome posvacacional, surge una pregunta fundamental ¿es realmente un trastorno, una enfermedad o más bien un conjunto de síntomas adaptativos? Los estudios y la experiencia clínica señalan que, de hecho, este fenómeno es una respuesta natural a la interrupción de períodos de descanso prolongados. No es una enfermedad en sí misma, sino un proceso adaptativo que refleja la dificultad de algunas personas para volver a sus rutinas habituales tras un período de relajación.
Los síntomas, como el cansancio generalizado, la alteración del sueño y del apetito, la falta de motivación y la irritabilidad, se asemejan al estrés, y tienden a desvanecerse, coincidiendo con la adaptación a la rutina.
¿Cuánto dura el síndrome posvacacional?
Por lo general, su duración oscila entre 2 y 3 días hasta un máximo de 21 días, período en el que la persona gradualmente se adapta a su rutina renovada. Sin embargo, si la incomodidad persiste durante un lapso prolongado, podría potencialmente contribuir al desarrollo de problemas de ansiedad o depresión. Investigaciones diversas sugieren que aproximadamente tres de cada diez trabajadores podrían experimentar este malestar.
Síntomas del síndrome posvacacional
Entre los síntomas más comunes se encuentran:
- Alteraciones físicas
- Dolores musculares
- Somnolencia
- Falta de apetito
- Cansancio
- Fatiga
- Falta de ánimos
- Alteraciones emocionales
- Irritabilidad
- Desesperanza
- Nerviosismo
- Negatividad
- Inquietud
- Disminución del rendimiento y la productividad
- Apatía
- Cambios de humor
- Tristeza
- Decaimiento
¿Cómo superar el síndrome posvacacional?
Aquí tienes un conjunto de consejos para lidiar con el trastorno postvacacional:
- Planifica tu regreso con antelación. Apurar las vacaciones hasta última hora puede ser atractivo, pero también puede hacer la vuelta más dura. Intenta dejar un tiempo antes de reincorporarte al trabajo para organizar tus tareas y compromisos. Esto te dará margen para adaptarte gradualmente a tu rutina laboral y evitará la sensación de abrumo repentino.
- Ajusta tus horarios gradualmente. En vacaciones los horarios se modifican, en lugar de cambiar bruscamente los momentos de descanso y actividad, adapta tus rutinas de manera progresiva. Esto facilitará que tu cuerpo y mente se acomoden a la nueva dinámica sin estrés.
- Programa actividades agradables. Planifica actividades que disfrutes en tus primeros días de regreso, como leer un libro, ver una película, una excursión o realizar ejercicios suaves. Estas actividades proporcionarán una transición suave y placentera.
- Prioriza el descanso. Después de las vacaciones, también necesitamos descansar de las propias vacaciones. Asegúrate de dormir un poco más durante los primeros días para recuperar tu energía y equilibrarte.
- Incrementa tu actividad gradualmente. A medida que retomas tu rutina, aumenta la intensidad de tus actividades de manera progresiva. Esto te ayudará a sentirte más productivx y en sintonía con tus tareas.
- Cuidado con pensar en blanco y negro. Evita caer en extremos de pensamiento, donde las vacaciones son solo felicidad y la rutina es pura monotonía. Encuentra pequeños momentos de alegría y satisfacción en tu día a día.
- Frena las quejas. A menudo entramos en pensamientos negativos sobre la vuelta a la rutina y nos quejamos de todo. Toma conciencia de esta queja y trata de no usarla en exceso. La queja no te ayudará a adaptarte a la nueva situación.
- Pospón decisiones importantes. Si te sientes abrumado o melancólico al regresar, es recomendable evitar tomar decisiones cruciales en ese estado.
- Planifícate y establece metas realistas. Gradúate las diferentes tareas que tienes o quieres hacer. Solemos venir de las vacaciones con una lista interminable de objetivos y tareas que hacer. Coge papel y lápiz y establece un plan progresivo y realista para ir cumpliendo tus objetivos de manera ordenada sin que estos acaben contigo. Permítete empezar poco a poco.
- Date tiempo. Venimos de las vacaciones y queremos estar al cien por cien al día siguiente, y cuando vemos que no podemos, nos frustramos y castigamos. Tenemos que cuidarnos y permitirnos necesitar un poco más de tiempo para ir cogiendo el ritmo. No te metas tanta caña.
Si crees que el síndrome posvacacional está durando demasiado y necesitas ayuda, ponte en contacto conmigo a través del correo electrónico info@psicologiacarmengomez, llamándome al número 623986449 o enviándome un mensaje de WhatsApp. Si no te lo cojo, es que estoy en terapia. Te devolveré la llamada en cuanto tenga un hueco. Estaré encantada de ayudarte en este proceso.