La fibromialgia es una enfermedad crónica que afecta a millones de personas en todo el mundo. Se caracteriza por provocar un dolor generalizado en el cuerpo, fatiga persistente y una variedad de síntomas que impactan significativamente la calidad de vida. No obstante, la fibromialgia va más allá de sus manifestaciones físicas, ya que ejerce un profundo impacto en el bienestar mental y emocional de aquellos que la sufren. Por este motivo es necesario comprender y abordar esta afección desde una perspectiva psicológica para poder ofrecer un enfoque integral para su manejo y tratamiento.
¿Qué es la fibromialgia?
La fibromialgia se define como un trastorno crónico caracterizado por un dolor musculoesquelético generalizado que se presenta en todo el cuerpo y se acompaña de sensibilidad en los puntos de presión. Además del dolor, los pacientes pueden experimentar fatiga extrema, dificultades para dormir, alteraciones cognitivas y alteraciones del estado de ánimo (ansiedad, depresión).
La prevalencia de la fibromialgia en nuestro país es considerablemente alta, afectando aproximadamente al 2,45% de la población y las mujeres son las más afectadas. Aunque puede presentarse en cualquier grupo de edad, es más común en personas de mediana edad.
¿Cuáles son los síntomas de la fibromialgia?
La fibromialgia se caracteriza por una amplia gama de síntomas que afectan tanto el cuerpo como la mente. Algunos de los síntomas más comunes son:
- Dolor generalizado. El dolor se localiza en diferentes zonas del cuerpo como los músculos, las articulaciones y los tejidos blandos. Cabe destacar que este dolor puede variar tanto en intensidad y como ubicación.
- Fatiga persistente. La sensación de cansancio puede persistir incluso después de períodos prolongados de descanso. El agotamiento puede ser debilitante y dificultar la capacidad para llevar a cabo las responsabilidades diarias, las relaciones sociales y puede acabar con el disfrute de actividades que solían ser placenteras.
- Problemas de sueño. Las personas afectadas por fibromialgia pueden tener dificultades para conciliar el sueño o despertarse varias veces durante la noche. Esto puede derivar en tener la sensación de no haber descansado lo suficiente y contribuir a la fatiga.
- Problemas cognitivos. También conocidos como «niebla mental», estas dificultades pueden afectar la concentración, la memoria y la capacidad de procesar información de manera eficiente.
- Otros: sensibilidad al tacto; rigidez de los músculos y las articulaciones; cefaleas; mayor sensibilidad a la luz, el ruido, los olores y la temperatura; hinchazón o estreñimiento; etc.
¿Cuál es su origen?
La fibromialgia es una condición compleja y multifactorial cuyas causas exactas aún no se comprenden por completo. Sin embargo, se cree que hay una combinación de factores genéticos, ambientales y psicológicos involucrados en su desarrollo. El estrés crónico, los antecedentes familiares de fibromialgia y los eventos traumáticos pueden aumentar el riesgo de padecer esta enfermedad.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico de la fibromialgia puede ser un proceso desafiante ya que no existe una prueba específica para confirmar su presencia. Por lo general, se basa en la evaluación de los síntomas y la exclusión de otras enfermedades con síntomas similares (artritis reumatoide, síndrome de fatiga crónica, enfermedad de Lyme). El médico lleva a cabo un examen físico, revisa el historial médico del paciente y puede solicitar pruebas adicionales, como análisis de sangre, para descartar otras condiciones. En muchas ocasiones las personas afectadas por esta enfermedad no reciben un diagnóstico hasta muchos años más tarde y esto complica el manejo de la enfermedad.
¿Qué impacto psicológico tiene la fibromialgia?
Como hemos comentado, la fibromialgia no solo afecta el cuerpo físico, sino que también genera un impacto significativo en la salud mental y emocional de quienes la padecen.
Exploremos ahora los efectos emocionales y psicológicos de la enfermedad, así como consejos para manejar dicho impacto y buscar apoyo emocional.
La fibromialgia puede desencadenar una variedad de efectos emocionales como la ansiedad, depresión, frustración, estrés y disminución de la autoestima. El dolor crónico y la fatiga persistente pueden generar una dinámica negativa, donde el dolor afecta al estado de ánimo y la salud mental y, a su vez, el estrés emocional puede intensificar la percepción del dolor. Se trata de un círculo que se retroalimenta.
El dolor crónico puede desgastar emocionalmente a las personas y dificultar su capacidad para disfrutar de la vida cotidiana. Sin embargo, un aspecto especialmente significativo y que conlleva una carga emocional importante es la falta de comprensión y la incertidumbre que rodea a la fibromialgia. Esta incomprensión por parte de la sociedad, incluyendo familiares, amigos y profesionales de la salud, puede hacer que se minimice o se cuestione la legitimidad del dolor y los síntomas experimentados. Todo esto tiene un gran impacto en los enfermos, ya que aumenta el aislamiento, la frustración y el malestar.
¿Qué estrategias existen para manejar el impacto psicológico de la fibromialgia?
Para hacer más llevadera la vida de los enfermos y enfermas de fibromialgia son determinantes aspectos como los siguientes:
- Educación y comprensión
Es vital obtener información sobre la fibromialgia y comprender cómo afecta tanto al cuerpo como a la mente. Aprender sobre los síntomas y desafíos de la enfermedad ayuda a comprender las necesidades y a tener un comportamiento más positivo y una actitud de aceptación, y no de lucha, contra la fibromialgia. Así, poseer un mayor conocimiento puede ayudar a reducir la ansiedad, la tristeza o la frustración.
- Apoyo social
Contar con el apoyo de familiares, amigos o grupos de apoyo formados por personas que también experimentan fibromialgia es fundamental. Buscar un espacio seguro para compartir experiencias, recibir consejos y sentirse comprendido puede ser reconfortante. Saber que no estamos solos en este proceso y que otras personas están pasando por circunstancias similares nos brinda apoyo y fortaleza emocional.
- Mejora de la comunicación
Es importante desarrollar habilidades de comunicación efectiva y saber solicitar ayuda de manera adecuada. Al mismo tiempo es necesario aprender a expresar las necesidades y establecer límites con los demás. Las personas con fibromialgia a menudo necesitan establecer límites claros en cuanto a la cantidad de actividad física, compromisos sociales y responsabilidades que pueden manejar. Comunicar estas necesidades de manera respetuosa y firme es esencial para proteger la salud y evitar el agotamiento. Mejorar la comunicación puede promover una mayor comprensión y empatía en las relaciones, creando un entorno más positivo y de apoyo.
- Autocuidado
Incorporar rutinas de autocuidado en la vida diaria, como la práctica regular de ejercicio suave (yoga, caminar, nadar) puede tener beneficios significativos para las personas con fibromialgia. Además de ayudar a mantener un buen tono muscular, el ejercicio suave puede reducir la sensación de cansancio a largo plazo.
Al mismo tiempo es vital poseer estrategias que ayuden a controlar y reducir el nivel de estrés y de ansiedad. Determinados ejercicios basados en mindfulness pueden tener un impacto en reducir la sensación de dolor. También se recomiendan ejercicios de relajación muscular y respiración.
Es también muy importante poner atención al control postural. Las actividades diarias a menudo nos llevan a adoptar posturas corporales inadecuadas, lo cual puede tener un impacto significativo en las personas que padecen fibromialgia. Por ejemplo, es recomendable utilizar un taburete al planchar para evitar sobrecargar la espalda, evitar mantener las manos elevadas por encima de los hombros durante períodos prolongados, como al tender la ropa, y ajustar la altura de la mesa a la altura de la silla para asegurar una postura cómoda y adecuada.
Además, resulta esencial mantener una alimentación sana y equilibrada y realizar un buen manejo de los descansos, ya que puede contribuir al bienestar general y al manejo del impacto psicológico de la enfermedad.
- Apoyo profesional
Por último, buscar el apoyo de un profesional de la salud mental, como un psicólogo o terapeuta, puede ser beneficioso para:
- Encontrar y aceptar el equilibrio entre esfuerzo y descanso;
- Adaptar las metas a las limitaciones de la fibromialgia;
- valorar lo que se logra;
- aceptar la enfermedad (que no es lo mismo que resignación);
- cuidar el autoestima;
- generar pensamientos positivos y controlar los negativos;
- aumentar la tolerancia con nosotros mismos y los demás;
- aprender estrategias de afrontamiento y
- desarrollar habilidades de manejo del estrés y la ansiedad.
Abordar los desafíos emocionales relacionados con la fibromialgia no es una tarea sencilla, pero los profesionales estamos para acompañaros en el proceso hacia una vida de comprensión, aceptación y bienestar.
Si necesitas ayuda, ponte en contacto conmigo a través del correo electrónico info@psicologiacarmengomez, llamándome al número 623986449 o enviándome un mensaje de WhatsApp. Si no te lo cojo, es que estoy en terapia. Te devolveré la llamada en cuanto tenga un hueco. Estaré encantada de ayudarte en este proceso.