La parentalización, también conocida como parentificación o inversión de roles, se produce cuando la jerarquía entre padres/madres e hijxs se invierte de modo que es el menor quien se ocupa de tareas que lxs cuidadorxs deberían asumir. Es decir, lxs menores adoptan unos roles que no les corresponden en absoluto, encargándose de responsabilidades que son propias de los adultos (cuidado de hermanxs, tareas de la casa, soporte emocional a los padres, mediación en conflictos).
Tipos de parentalización
Hay varias clasificaciones, pero una de las más comunes es la siguiente:
- Parentalización emocional. El/la menor asume el rol de proveedor emocional para sus padres/madres. Se convierte en su confidente, cuidador y consejero, brindándoles apoyo emocional, escucha y tranquilidad. La parentalización emocional suele darse en familias muy unidas (aglutinadas), donde lxs hijxs son expuestos a información que no les corresponde y que debería ser parte de la intimidad conyugal de los padres/madres. El/la menor se convierte en el sostén emocional de sus figuras parentales.
- Parentalización instrumental. Implica que el/la menor asuma responsabilidades propias de los adultos, siendo cargado con tareas domésticas, el cuidado de sus hermanxs, mandados fuera de casa, entre otras responsabilidades. De esta manera, el/la menor se ve abrumado por tareas que van más allá de su capacidad física y psicológica.
Signos de parentalización
Los niños y niñas que experimentan parentalización pueden mostrar una serie de características que pueden ayudarnos a identificar esta situación:
- Superresponsables con sus propios asuntos y los ajenos. Los niñas y niños asumen una carga excesiva de responsabilidades, tanto en el ámbito familiar como en sus propias vidas. Se preocupan por el bienestar de los demás y se sienten responsables de resolver problemas que no les corresponden.
- Dificultades para relajarse. Debido a la presión y las responsabilidades que asumen, les resulta difícil relajarse y disfrutar de momentos de juego y descanso propios de su edad. Están constantemente preocupadxs por cumplir con las demandas y expectativas que se les imponen.
- Desarrollo de autosuficiencia. Lxs menores parentalizados aprenden a valerse por sí mismos desde una edad temprana. Adquieren habilidades para satisfacer sus necesidades básicas y se vuelven independientes hasta el punto de la autosuficiencia.
- Dificultad para confiar en otros. La parentalización puede llevar a que lxs niñxs tengan dificultades para confiar en otxos y pedir ayuda. Han asumido el rol de cuidadorxs y sienten que deben solucionar todo por sí mismxs, lo que les lleva a ser reacios a confiar en los demás y buscar apoyo emocional.
- Situaciones de negligencia en cuanto a los cuidados. La parentalización puede implicar que lxs niñxs no reciban los cuidados y la atención adecuados por parte de lxs adultxs responsables. Los padres y las madres pueden estar ausentes emocionalmente o descuidar las necesidades básicas de lxs niñxs debido a la sobredependencia que tienen de ellxs.
Es importante tener en cuenta que, si bien estos atributos pueden parecer positivos a primera vista, cuando se convierten en parte de la rutina diaria de lxs niñxs, pueden tener consecuencias negativas en su desarrollo. La sobrecarga de responsabilidades y la falta de equilibrio pueden generar un gran esfuerzo para los niños y niñas, quienes ocupan un lugar que no les corresponde y que debería ser ocupado por las figuras adultas.
Factores que contribuyen a la parentalización
Existen circunstancias específicas que pueden propiciar el intercambio de roles entre padres e hijos. Es importante resaltar que este fenómeno generalmente ocurre de manera inconsciente y se origina en familias disfuncionales donde la jerarquía familiar está difusa. Entre ellas destacan:
- Trastornos mentales. En algunos casos, lxs madres/padres que han experimentado traumas pueden desarrollar trastornos como la depresión, lo cual afecta su capacidad para asumir adecuadamente sus roles parentales. Como resultado, lxs hijxs se ven obligadxs a tomar responsabilidades inapropiadas para su edad y asumir el cuidado de sus progenitores.
- Apego desorganizado. Lxs propixs madres/padres carecen de autonomía e independencia, tanto física como emocionalmente. Buscan en sus hijxs el apoyo y la seguridad que no recibieron durante su propia infancia, lo que conduce a una inversión de roles en la relación parental.
- Duelos tras la muerte. Cuando la familia experimenta una pérdida traumática, como la muerte de un ser querido, y no logra superar el duelo de manera saludable, es más probable que se produzca una inversión de roles. Por ejemplo, un padre/madre viudx que no puede superar la pérdida de su cónyuge puede hacer que su hijx asuma su papel, buscando restablecer un equilibrio que se ha perdido.
- Maltrato o enfermedad. En casos de violencia doméstica, lxs hijxs pueden intentar proteger a la madre/padre de su sufrimiento, intercambiando roles y asumiendo responsabilidades adultas. Lo mismo ocurre cuando hay enfermedades prolongadas en lxs madres/padres, donde lxs hijxs pueden tomar el rol de cuidadores para compensar la incapacidad de los progenitores.
- Adicciones. Las adicciones de lxs padres/madres impiden que cumplan adecuadamente con sus responsabilidades como cuidadorxs. Lxs hijxs pueden verse obligados a asumir el rol de adultos y hacerse cargo de las tareas y responsabilidades familiares.
Efectos de la parentalización en el niño
La parentalización puede tener efectos perjudiciales tanto en el desarrollo emocional como psicológico de lxs niñxs. Los efectos más frecuentes son:
- Estrés y ansiedad. La carga emocional y la presión de asumir responsabilidades inapropiadas para su edad pueden ser abrumadoras. El estrés y ansiedad se puede manifestar de muchas maneras diferentes como problemas para dormir, somatizaciones, preocupación excesiva, comportamientos obsesivos, cambios emocionales, etc.
- Pérdida de la infancia. Al ser privados de una infancia despreocupada, lxs niñxs que experimentan la parentalización se ven obligados a madurar rápidamente. Tienen que enfrentar situaciones y responsabilidades que normalmente corresponden a lxs adultxs, lo que les impide disfrutar plenamente de su etapa de crecimiento y exploración propia de la niñez.
- Dificultades en la formación de relaciones saludables. La parentalización puede interferir en el desarrollo de habilidades sociales. Además, los menores que asumen un papel de cuidadores pueden tener dificultades para establecer límites adecuados y separar su identidad personal de la responsabilidad de cuidar a otros.
- Baja autoestima y falta de confianza. Lxs hijxs pueden sentirse insuficientes o sobrecargados de responsabilidades, lo que afecta negativamente a la percepción de sí mismxs. La falta de tiempo y oportunidades para enfocarse en su propio crecimiento y desarrollo puede llevar a una falta de confianza en sus propias habilidades y capacidades.
- Impacto en el rendimiento académico. La carga de responsabilidades y el estrés emocional asociados pueden distraer su atención de los estudios, dificultar su capacidad para concentrarse y no disponer de tiempo para destinar al estudio.
- Mayor riesgo de problemas de salud mental. La presión constante y la falta de apoyo adecuado pueden desencadenar dificultades emocionales y psicológicas a largo plazo.
Consecuencias de la parentalización en la edad adulta
Lxs adultxs que han experimentado parentalización durante su infancia pueden experimentar una serie de efectos que impactan su vida de diversas formas. Algunos de estos efectos incluyen:
- Necesidad de tener siempre el control. La sensación de falta de control en la infancia puede llevar a lxs adultxs que padecieron parentalización a buscar controlar constantemente su entorno y situaciones, como una forma de evitar sentirse desamparados.
- Falta de confianza. La falta de apoyo emocional experimentada en edades tempranas puede generar dificultades para confiar en los demás en la vida adulta. Estas personas pueden tener dificultades para establecer vínculos íntimos y desarrollar relaciones de confianza.
- Dificultades para establecer límites. Puede existir una dificultad para establecer límites claros en sus relaciones y en su vida en general. Pueden sentirse obligadxs a complacer a los demás y tener dificultades para decir «no».
- Mayor empatía. Debido a su experiencia, tienden a comprender y conectar más profundamente con los sentimientos de los demás.
- Dificultades para disfrutar y dejarse llevar. El hecho de haber asumido responsabilidades de adultos desde temprana edad puede dificultar la capacidad de estxs adultxs para relajarse, divertirse y disfrutar de la vida.
- Sensación de no ser valoradx. A menudo, los esfuerzos y sacrificios realizados por aquellxs que han sufrido parentalización no son reconocidos o valorados por los demás, ya que se espera que siempre estén dispuestxs a asumir responsabilidades adicionales.
- Dificultades en las relaciones. Estas personas pueden tener tendencia a involucrarse en relaciones poco saludables y asumir roles de cuidador, incluso cuando no desean hacerlo, debido a que es el papel que conocen. El miedo al abandono puede ser una preocupación constante.
- Papel de pacificador. Debido a que estas personas han desempeñado este papel desde una edad muy temprana, tienden a seguir asumiendo estas funciones tratando de mantener la armonía y evitando conflictos.
- Problemas de salud mental y física. Estudios han demostrado que aquellxs que han experimentado traumas infantiles, como la parentalización, tienen mayor probabilidad de desarrollar problemas de salud mental y física en la vida adulta.
Intervención y apoyo en la parentalización
Aquí hay algunas formas de intervención y apoyo que pueden ser beneficiosas:
- Terapia familiar. La terapia familiar es una herramienta esencial en familias en las que se produzca esta inversión de roles. El trabajo se centra en modificar la dinámica familiar y promover un entorno más saludable.
- Terapia individual con el/la menor. Trabajar con el niño o niña afectadx para ayudarlx a procesar sus experiencias, manejar el estrés, desarrollar habilidades de afrontamiento saludables, promover la resiliencia, mejorar autoestima y confianza, desarrollar habilidades de afrontamiento, etc.
- Grupos de apoyo. Participar en grupos de apoyo puede brindar a lxs niñxs y sus familias un espacio seguro para compartir experiencias, obtener apoyo emocional y aprender de otrxs que han pasado por situaciones similares.
- Educación y concientización a profesionales, educadores y la comunidad. Esto ayudará a identificar y abordar de manera temprana las señales de parentalización, así como a crear conciencia sobre la importancia de brindar un entorno seguro y saludable para lxs niñxs.
- Apoyo académico. Como resultado de las responsabilidades y roles desempeñados, en la mayoría de las ocasiones, lxs menores se van quedando atrás en el curso escolar. Proporcionar recursos y apoyo académico adicional, como tutorxs o programas de tutoría, puede ayudar a lxs niñxs a ponerse al día con su educación y desarrollar una base sólida para su futuro.
- Acceso a servicios sociales. Es fundamental garantizar que las familias tengan acceso a servicios sociales y recursos que les brinden apoyo adicional. Esto puede incluir asistencia financiera, atención médica, servicios de vivienda o programas de apoyo comunitario. Al abordar las necesidades básicas de la familia, se puede reducir la carga que lxs niñxs asumen y permitirles tener una infancia más equilibrada y saludable.
- Promover el juego y la recreación. Es esencial permitir que lxs niñxs disfruten de actividades propias de su edad y se dediquen al juego y la recreación. Fomentar un entorno donde puedan ser libres y explorar su creatividad les ayudará a desarrollar habilidades sociales, emocionales y cognitivas importantes para su desarrollo.
Es fundamental reconocer que la parentalización no es una situación normal o saludable para lxs niñxs, a pesar de que pueda ser elogiada o normalizada por la sociedad. Los niños y niñas merecen tener una infancia libre de cargas excesivas y poder desarrollar sus habilidades y relaciones de manera equilibrada. Es necesario brindarles el apoyo y la intervención adecuada para proteger su bienestar y promover su desarrollo integral.
Para conocer más acerca de la parentalización puedes echarle un vistazo al siguiente artículo de psicología.
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