05/12/2024

Ansiedad Generalizada: qué es y cómo superarla

Mujer rubia con camisa beige clara y pantalón marrón, apoyada en una mesa con un vaso de agua y un frasco de perfume, mirando a la cámara. Imagen relacionada con el trastorno de ansiedad generalizada.

La ansiedad es una emoción natural que todos experimentamos en ciertos momentos de nuestra vida. La ansiedad per se, no es mala, pues tiene el objetivo de ayudarnos a mantenerlos alertas y activos para asegurar nuestra supervivencia. Sin embargo, cuando se vuelve persistente y afecta a muchas áreas de nuestra vida diaria, puede tratarse de un trastorno de ansiedad generalizada (TAG). En este artículo, exploraremos qué es la ansiedad generalizada, cómo se manifiesta, y qué puedes hacer para aliviarla.

¿Qué es la ansiedad generalizada?

La ansiedad generalizada es un trastorno psicológico caracterizado por una preocupación constante, excesiva y desproporcionada respecto a situaciones cotidianas. Las personas que la padecen suelen preocuparse por asuntos habituales como olvidar una cita médica, llegar a tiempo a una reunión, que las facturas se acumulen, o incluso no recordar si apagaron las luces al salir de casa.

Es importante destacar que estas inquietudes no son simples preocupaciones puntuales, sino que ocurren en muchos contextos y casi a diario, generando una carga mental significativa.

Estas preocupaciones, que pueden prolongarse durante meses o incluso años, interfieren significativamente en la vida diaria. Además, a menudo se acompañan de síntomas físicos y emocionales como tensión muscular, insomnio, inquietud y fatiga, afectando tanto el cuerpo como la mente.

Hombre con blusa azul claro y gafas, tumbado en un sofá verde con los ojos cerrados y las manos sobre la cabeza. Imagen asociada a la ansiedad generalizada.

¿Cómo se siente una persona con ansiedad generalizada?

Una persona con ansiedad generalizada experimenta una sensación constante de inquietud, como si estuviera en alerta permanente. Esta preocupación excesiva puede generar una combinación de síntomas físicos y emocionales que dificultan el día a día. Entre los síntomas más comunes se encuentran:

  • Agotamiento constante. A pesar de no realizar actividades físicas intensas, la persona siente una fatiga persistente debido al desgaste emocional que implica preocuparse continuamente.
  • Dificultad para concentrarse. Las preocupaciones invaden sus pensamientos, dificultando la capacidad de enfocarse en tareas concretas o tomar decisiones. En algunos casos, también se observan pequeños fallos de memoria.
  • Irritabilidad. Las preocupaciones constantes y la falta de descanso pueden hacer que la persona se sienta más irritable o reactiva ante pequeñas frustraciones. Esto, a su vez, puede generar conflictos con quienes la rodean.
  • Inquietud física. Muchas personas describen una sensación de «nerviosismo» constante, que puede manifestarse en forma de temblores, agitación o movimientos repetitivos o tics nerviosos.
  • Problemas para dormir. El insomnio o los despertares frecuentes son comunes, ya que los pensamientos ansiosos suelen intensificarse durante la noche. Tanto la calidad como la cantidad de sueño pueden verse afectadas.

En resumen, vivir con ansiedad generalizada es como tener una «alarma interna» que no se apaga, generando un malestar que afecta tanto la mente como el cuerpo.

 

¿Cómo actúa una persona con mucha ansiedad?

Una persona con mucha ansiedad suele mostrar comportamientos que reflejan su malestar interno y la constante preocupación que experimenta. Estos comportamientos pueden variar dependiendo de la intensidad de la ansiedad, pero en general incluyen:

  • Evitación de situaciones. La persona con ansiedad tiende a evitar aquellas situaciones que percibe como estresantes o que podrían desencadenar más preocupaciones. Por ejemplo, puede evitar asistir a eventos sociales, reuniones o tareas que sienta que no podrá manejar.
  • Hiperalerta. Se muestra más sensible y en constante vigilancia ante posibles problemas o peligros, aunque estos sean improbables o menores. Esta sensación de estar “en guardia” puede hacer que se agote rápidamente, tanto emocional como físicamente.
  • Comportamientos compulsivos. Algunas personas con ansiedad adoptan comportamientos repetitivos, como comprobar varias veces si la puerta está cerrada o si dejaron el electrodoméstico encendido, debido a su necesidad de tener control sobre la situación para aliviar el temor.
  • Inquietud física. Se puede manifestar en forma de movimientos repetitivos, como balancearse, caminar de un lado a otro, morderse las uñas o agitarse, buscando de alguna manera liberar la tensión acumulada.
  • Dificultad para tomar decisiones. Esta es una de las características centrales. La ansiedad puede hacer que la persona dude constantemente de sus elecciones, por miedo a equivocarse o a tomar una decisión equivocada, lo que puede generar parálisis o indecisión ante situaciones cotidianas.
Chica pelirroja con camiseta blanca de tirantes, con las manos apoyadas en las sienes, mostrando una mano con la palabra 'no' y la otra con 'yes'. Imagen relacionada con la ansiedad generalizada.

¿Cómo saber si tengo ansiedad generalizada?

Algunos de los indicadores más comunes incluyen:

  • Fatiga persistente. A pesar de descansar, las personas con ansiedad generalizada suelen sentirse constantemente agotadas, debido al estrés emocional y mental constante.
  • Preocupaciones constantes y excesivas. Si te encuentras preocupándote de manera desproporcionada por situaciones cotidianas, como el trabajo, las relaciones, la salud o las responsabilidades diarias, y estas preocupaciones son difíciles de controlar, podría ser una señal de ansiedad generalizada.
  • Dificultad para relajarte. La sensación de estar siempre «en alerta» o incapaz de relajarte, incluso cuando no hay un peligro real, es un síntoma común. Esto puede ir acompañado de tensión muscular, especialmente en el cuello, los hombros o la mandíbula.
  • Dificultad para concentrarse o tomar decisiones. Como hemos comentado anteriormente, las preocupaciones incesantes pueden hacer que sea difícil concentrarse en una tarea o tomar decisiones, ya que los pensamientos ansiosos interfieren con la capacidad de enfoque.
  • Problemas de sueño. Insomnio, despertares frecuentes o sueños intranquilos son comunes en quienes padecen ansiedad generalizada. La mente parece no poder «apagarse» durante la noche debido a las preocupaciones persistentes.
  • Síntomas físicos recurrentes. Dolores de cabeza, mareos, problemas digestivos, sudoración excesiva o palpitaciones pueden acompañar a la ansiedad generalizada. Estos síntomas físicos están ligados a la tensión constante del cuerpo frente al estrés emocional.
Es importante recordar que la información proporcionada en este artículo no sustituye un diagnóstico profesional. Si crees que podrías estar experimentando ansiedad generalizada u otro tipo de trastorno, te recomendamos acudir a un especialista en salud mental para una evaluación adecuada.

¿Cómo salir de la ansiedad generalizada?

Superar la ansiedad generalizada puede ser un proceso desafiante, pero es completamente posible con el enfoque adecuado. Aquí te compartimos algunas estrategias que pueden ayudarte a aliviar los síntomas y recuperar el bienestar:

  • Buscar ayuda profesional. La terapia psicológica es una de las formas más efectivas de tratamiento para la ansiedad generalizada. El terapeuta puede ayudarte a identificar y modificar los patrones de pensamiento negativos que perpetúan la ansiedad, enseñándote técnicas para gestionar las preocupaciones de manera más saludable.
  • Practicar técnicas de relajación. La meditación, la respiración profunda, el mindfulness, el yoga y otras técnicas de relajación pueden ayudar a reducir la activación del sistema nervioso y a promover un estado de calma. La práctica regular de estas técnicas puede ayudarte a reducir la intensidad de la ansiedad.
  • Realizar actividad física. El ejercicio es una excelente manera de liberar tensiones, reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo. Actividades como caminar, correr o practicar deportes ayudan a liberar endorfinas, sustancias químicas naturales del cerebro que favorecen el bienestar emocional.
  • Realizar actividades agradables. Resulta esencial conectar con aquello que nos produce bienestar y nos conecta con pequeños momentos de disfrute.
  • Evitar el consumo excesivo de cafeína y alcohol. Estas sustancias pueden aumentar los niveles de ansiedad y empeorar los síntomas. Reducir su consumo puede contribuir a una mayor estabilidad emocional.
  • Considerar la medicación (si es necesario). En algunos casos, los médicos pueden recomendar medicamentos ansiolíticos o antidepresivos para ayudar a gestionar los síntomas. Estos deben ser utilizados bajo supervisión médica y como parte de un plan integral de tratamiento.
  • Apoyo social. Hablar con amigos, familiares o un grupo de apoyo puede ofrecer un alivio emocional importante. Compartir lo que sientes y recibir apoyo puede reducir la carga emocional y ayudarte a sentirte más conectado.

Salir de la ansiedad generalizada requiere paciencia y compromiso, pero con el tratamiento adecuado y el apoyo necesario, puedes aprender a gestionar la ansiedad y mejorar tu calidad de vida.

Conclusión

La ansiedad generalizada puede parecer un obstáculo insuperable, pero entender sus manifestaciones físicas, emocionales y conductuales es el primer paso para aprender a gestionarla. Si requieres comenzar a sentirte mejor, no dudes en ponte en contacto conmigo a través del correo electrónico info@psicologiacarmengomez, llamándome al número 623986449 o enviándome un mensaje de WhatsApp. Si no te lo cojo, es que estoy en terapia. Te devolveré la llamada en cuanto tenga un hueco. Estaré encantada de ayudarte en este proceso, ya sea en Fuengirola u online.

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